Lo primero que encontramos es un prólogo bastante extenso (para ser un prólogo, entiéndase), preludio de todo lo que está por venir.
A continuación, observamos que el libro está dividido en tres partes, que nos ayudan a situarnos en la historia. La primera podría decirse que es la presentación de los personajes más importantes que nos van a acompañar a lo largo de toda la novela y, por supuesto, de nuestro protagonista, Abdón. En esta parte descubrimos parte de la infancia de este profesor retirado que está empezando a tener pérdida de memoria. Le conocemos a él, a su familia y, por supuesto, sus libros. Es aquí cuando el protagonista decide que no quiere tener un montón de libros en su casa cuando dentro de poco ni siquiera podrá leerlos y se le ocurre la idea que da forma a esta historia, la de devolver los libros que una vez le fueron regalados a las personas que le obsequiaron con ellos para que le recuerden cuando él no pueda hacerlo. A las que siguen vivas y ha podido localizar, claro. Es una manera entrañable de decirle a las personas que una vez formaron parte de tu vida que, a pesar del tiempo y la distancia, las quieres, te acuerdas de ellas y tú también quieres que ellas se acuerden de ti cuando ni tú mismo seas capaz de reconocerte en el espejo.
Se acercan para darle a su padre el protocolario beso de despedida y Abdón gira levemente el rostro para recibir aquellos besos en la mejilla. A su hija le irrita esa forma de actuar. Ella quiere que su padre también bese y que no se limite a colocar la cara para recibir sin dar.Después nos adentramos de lleno en mi parte favorita de la historia, el viaje. Creo que esta parte no podría tener un nombre más acertado, pues la define a la perfección. No solo es el viaje que recorre Abdón acompañado de su hija Virginia para devolver los libros a sus legítimos dueños, sino que es el viaje de su degeneración, el viaje en que la enfermedad se hace más patente que antes, el viaje en el que se adentrará en recuerdos pasados y tendrá que enfrentarse a ellos, pero, sobre todo, es un viaje de redención para con su hija. Abdón sabe que nunca fue un padre ejemplar. En este viaje por carretera con su hija se dará cuenta e intentará enmendarlo lo mejor que sepa en el poco tiempo que le queda.
La joven comprende que ha comenzado para ella una lucha diaria junto a su padre. Una guerra silenciosa en la que dominarán las reservas y los recuerdos mudos.Por último, tenemos el regreso. La vuelta a casa después de reencontrarse con su pasado y algunas de las personas que formaron parte de él. La vuelta a la realidad. Una realidad en la que su enfermedad está ya muy avanzada y amenaza con destruir absolutamente todo lo que Abdón conoce pues, como ya he dicho, ni él mismo es capaz de reconocerse.
Lo terrible no es olvidar el nombre de las personas. Lo terrible es olvidar su significado.Escrita con una pluma magistral, esta historia te llegará al corazón por lo real que es. Mi iaio también padeció esta enfermedad y he visto reflejado en este libro todas las etapas de la misma por las que él pasó. Las pérdidas momentáneas de memoria, las lagunas mentales, el no reconocer a la gente que le rodea, esa agresividad ante su sensación de indefensión y vulnerabilidad... Pero, aunque ya estuviera familiarizada con esta enfermedad, hay algo que me ha chocado tremendamente y que me ha hecho reflexionar y casi llorar. Nunca me había parado a pensarlo. Puede que fuera porque a mi iaio nunca lo había visto con un libro en las manos. Y es precisamente eso. Si tenemos la mala suerte de padecer esta enfermedad en el futuro... nos olvidaremos hasta de leer. Era algo que jamás me había planteado hasta ahora. Yo, que en lo que llevamos de año ya llevo devorados diez libros y estoy disfrutando de tres maravillosas historias ahora mismo... Me aterra pensar que llegará el día en que no sabré ni para qué sirven esas cosas con hojas y dibujos que tengo en las estanterías. ¡Que ni siquiera recordaré quién es Neil Gaiman ni por qué es mi autor favorito!
Esto me ha hecho empatizar muchísimo con el personaje. En esta historia, a cada rato hay referencias literarias a los libros que leyó en el pasado. Un compendio de obras bastante completito, he de añadir. Ya sabéis que me encantan los libros que recomiendan otros libros. El caso, que ver cómo este personaje poco a poco iba perdiendo la capacidad de leer esos pequeños tesoros ha sido desgarrador a la vez que hermoso.
Por otro lado, me ha gustado mucho cómo el autor se ha imaginado cómo podían ser los reencuentros con personas a las que llevas décadas sin ver solo para devolverles un regalo que un día te dieron, un libro. Todos los encuentros son diferentes, todos y cada uno de ellos le aportan algo a Abdón... y también se quedan con algo suyo, un pedacito de su memoria, del hombre que una vez fue y que poco a poco está dejando de ser. Este libro te ayuda a recordar que somos lo que somos por todo lo que hemos vivido y recordamos. En el momento en que dejamos de recordar... morimos.
—Sí. Él trataba los libros como su fuesen personas.
—Bueno. Eso no está mal, padre. Lo triste es cuando se trata a las personas como si fuesen libros.Una historia muy real, tan real que duele y fascina al mismo tiempo, pues acompañar a alguien en sus últimos años de vida es muy intenso, para bien y para mal. Y es precisamente eso lo que hacemos en este libro, acompañar a Abdón y sus libros en su último viaje antes de desprenderse de sí mismo.
Escrito con una pluma magistral, este libro encantará a la gente que disfrute con las descripciones elaboradas y le encante aprender nuevas palabras. Quizá esto mismo a mí me ralentizaba un poco la lectura, pues ya sabéis que a mí me gusta más ir al grano y al centro de la acción. Pero sé que eso es problema mío y que el autor ha hecho un gran trabajo con su pluma, muy delicada, culta y rebosante de ganas de contar. Además, al estructurar el libro en las tres partes, cada una de ellas conformada con capítulos cortitos, ha hecho que su lectura sea ágil.
En definitiva, una historia que me ha llegado a la patatita por la importancia que se le da a la literatura y los libros, lo humano de los personajes y que me ha hecho reflexionar. Otro libro lleno de casi 30 post-its por las frases memorables que contiene.
Hola! Lo leí el verano pasado y me gustó mucho. Empaticé con la historia, igual que te ha pasado a ti. Me alegro de que lo hayas disfrutado.
ResponderEliminarUn beso
Marta
Lo tengo entre mis pendientes, a ver si a mí también me gusta :)
ResponderEliminarPues me lo apunto! No lo conocía =)
ResponderEliminarBesotes
Hola, este no me llama mucho la atención, gracias por la reseña
ResponderEliminarNo leo novelas
ResponderEliminarNunca las leí
Hice de mi vida una
fue mas fácil y entretenido
Me gusta como escribís sobre lo que leés
es todo un arte
Disfruto y te leo
un abrazo desde Miami
Muy buena reseña, que te recuperes pronto.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola, guapa!
ResponderEliminarCreo que este libro ya lo vi reseñado en otro blog y me llama muchísimo la atención. La verdad es que parece bastante interesante y creo que me podría gustar mucho. Gracias por traer esta reseña a tu blog y por la recomendación.
¡Besos y nos leemos!
Marieta ~ Relatos de una náufraga